viernes, 5 de agosto de 2022

¿Alguna vez...?

¿Alguna vez os habéis parado a pensar en el cómo o en el por qué de lo que ha podido originar un cambio en vuestra mente para que comencéis a actuar y/o comportaros de forma que ni vosotros mismos podéis llegar a averiguar?

¿Alguna vez habéis pensado qué os está pasando? Como si un ente se apoderara en contadas situaciones de vuestro cuerpo y os albergara tristeza, desazón o apatía.

¿Alguna vez os habéis sentido frustrados por no saber las razones de esos cambios radicales en vosotros mismos? Rechazandoos de forma en la que queréis escapar de vosotros mismos, pero de forma inútil. Como si quisierais huir de vuestra sombra. De vuestra propia oscuridad.

Hablan de la luz, el gas, la gasolina..., pero no existe nada más caro que el tiempo. Nada así de codiciado, ni tan siquiera el amor.
La mayoría de personas no están preparadas para afrontar cambios de esas magnitudes. Muchos serían capaces de mirar incluso su carnet de identidad en busca de respuestas y aún así no las encontrarían. Porque sí, esa persona que ves en ese carnet, eres tú. Esa persona que ves frente al espejo es el simple reflejo de un individuo al que no reconoces. Es un forastero, no del lejano oeste, de tu cabeza. 
Es como una tenia deslizándose a lo largo de todo tu intestino delgado absorbiendo todos tus nutrientes y dejándote en un estado de indiferencia y fatiga.

Todos tenemos a nuestra propia tenia, a nuestro propio forastero. Tan solo tenemos que encontrar a un buen doctor que se deshaga de ese parásito o a un buen sheriff que cuide bien de los recovecos de tu cabeza para expulsar a ese ser irreconocible, a ese forastero, que merodea por tu mente.

Solo es cuestión de tiempo que surjan incertidumbres tanto pasajeras como otras que ya se queden para ocupar un espacio en vuestra cabeza. Cuestión de tiempo, la intangibilidad más cara del mercado, algo que todo el mundo ansiaría por tener, tiempo para afrontar esos cambios y ponerles un rumbo en concreto. Porque la vida está llena de cambios, como decía, cambios que si no gustan hay que solucionarlos. Porque sino, esa persona que no reconocías en un principio, puede llegarte a ser más familiar de lo que crees.

No hay comentarios:

Publicar un comentario